La medida de casa por cárcel se le entrega a una persona que tenga domicilio fijo en el país, un arraigo social y además que no presente ningún tipo de peligro de fuga. Si estas medidas fueron analizadas por la jueza, misma jueza que dio el mismo beneficio al abogado de los sospechosos hace unos años, estaríamos hablando de un análisis totalmente contrario a la realidad. Resulta lógico preguntarse ¿Qué tipo de arraigo tienen estas personas con el país? ¿Tenían domicilio fijo en el momento que fueron capturados? ¿Existe algún tipo de riesgo de fuga por parte de estas personas? Las respuestas pueden parecer lógicas, pero hay que recordar que Costa Rica vive en el mundo de al revés.
Horas después de ver como vecinos de Guadalupe protestaban porque no querían tener cerca a estos individuos, los medios de comunicación impactaban con la noticia de que las oficinas del Movimiento Libertario y la casa de Otto Guevara eran allanadas por parte del OIJ y la Fiscalía. Al Movimiento Libertario se le investiga las presuntas donaciones que tuvo para financiar la pasada campaña. Era hora de que se investigara de donde sacaban tanto dinero los partidos políticos, y así lo deberían hacer con cada uno respectivamente. Hay que ser sinceros, y por eso vuelven los cuestionamientos, ¿Realmente una profesora se arriesgaría a comprar un bono de tanto valor, a un partido político? ¿Empresarios arriesgarían su dinero en algo tan inestable como la política? Es ahí donde otra vez las respuestas parecen lógicas, pero no tanto para nuestro país.
Costa Rica vive una situación muy particular, se necesita mejorar mucho en el tema de la seguridad, pero de repente vemos como una persona encargada de impartir justicia, decide tomar la decisión más anómala dándole casa por cárcel a dos individuos que pueden resultar peligrosos y atentar contra la seguridad de todo un pueblo. Los políticos, encargados de llevar por buen rumbo a nuestro país más bien se centran en cosas vanas, en el dinero que puedan poseer y en la fama que puedan alcanzar. Se necesita que en ambos casos se impere el sentido común, lo que debería de ser, lo que de verdad ayude a este país a mejorar y salir adelante. Desgraciadamente vivimos en el país de todo lo contrario, en el país de lo irrazonable, vivimos en la Costa Rica donde todo es al revés.
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